En busca del dominio perdido
En la actualidad, el registro de dominios es un proceso bastante sencillo. Nosotros, los registrantes (registrants), acudimos a la página web de un registrador (registrar), donde escribimos el nombre y TLD (.es, .com…) deseado. Si está disponible, introducimos algunos datos personales y… ¡ya está hecho! Pero, ¿cómo se comprueba esa disponibilidad? Cuando llega el momento de adquirir un dominio, nos damos cuenta de la presencia de numerosos registradores. Por ejemplo, en España (y sin ánimo alguno de hacer publicidad), son bastante conocidos 1&1, Interdomain, Arsys, Hostalia, Dinahosting, Nominalia, etc. Como esto es un negocio serio, un dominio registrado en cualquiera de ellos tiene que aparecer inmediatamente como ocupado en los demás, para evitar que dos personas compren el mismo. En otras palabras, debe haber una base de datos central, a la que todos los registradores se conecten. Ésta es mantenida por un tercer actor, la autoridad de registro (domain name registry operator). IANA es la que en principio tiene este papel, pero delega su función a empresas privadas (por ejemplo, Verisign para los .com, Afilias para .info), o, en el caso de dominios de países (ccTLDs), a asociaciones sin ánimo de lucro y entidades públicas (ESNIC en España para los .es, AFNIC en Francia, Nominet en Reino Unido, etc). Cuento todo esto porque encontré una discusión muy interesante([1]) en la que un usuario preguntaba si podía comprobar con fiabilidad la existencia de un dominio usando DNS en lugar de WHOIS. Éste último tiene para usuarios normales restricciones sobre el número de peticiones, por lo que no es atractivo para búsquedas masivas. De ahí su preferencia por DNS. DNS es el sistema por el que un dominio se traduce a una dirección IP, sin la cual no podríamos acceder a un recurso en Internet. Cumple una función técnica. WHOIS es la base de datos central que comentábamos antes, y su finalidad es burocrática, informándonos de la presencia de un dominio, y detalles de su propietario, contacto administrativo, etc. Esta distinción es muy importante, porque son dos sistemas separados, y, sorprendentemente, un dominio puede estar registrado sin aparecer en DNS. Por ejemplo, recojo una cita en la página de la autoridad de registro SWITCH:Poder se puede (si lo permiten las reglas de la autoridad de registro), pero evidentemente no será accesible en Internet. ¿Por qué alguien querría tal cosa? Bueno, puede ser que se compre un dominio con idea de utilizarlo en un futuro, pero no inmediatamente (por ejemplo, justo antes de crear una empresa). Sigo con un comentario de [1]:Is it possible to register a domain name without name servers?
Domain names ending in .ch and .li can be registered without name servers. However, they will not work in the internet.
It’s like a house. You can buy a house, but you are not forced to build a road to reach it. The most part of available domain providers force you to point a DNS, otherwise they set a default one. But you’re not forced, it’s not a kind of mandatory domain requirement.El mismo usuario de la cita anterior explica otra posibilidad más común: el periodo de redención (redemption period). La RAE recoge como acepción de redención «comprar de nuevo algo que se había vendido, poseído o tenido por alguna razón o título». Pues eso: cuando un dominio caduca, el comprador original puede tener la opción, durante unos días, de renovarlo, en exclusiva, por si se le ha olvidado o se arrepiente de no querer renovar. En ese tiempo el dominio sigue existiendo, pero no es directamente alcanzable mediante DNS (aunque puede que sí de forma indirecta, preguntando concretamente a los nameservers que aparezcan en WHOIS, o si no están intentarlo con los del registrar que conste en el WHOIS). Una tercera situación sería que alguien compre un dominio y otra persona haga una búsqueda DNS antes de que el registrador notifique a la autoridad de registro. Si un dominio resuelve mediante DNS, es que existe, no es necesaria una segunda comprobación en WHOIS. De no ser así, la última palabra la tiene éste último.